Hoy, el orgullo de Pedro Luro, tiene nombre y apellido: “Maxi” Seip.
¿Necesita de más presentación, acaso?
Sucede que este joven lurense, a sus cortos 25 años, el pasado domingo 11 de noviembre, concretó el principal objetivo que se había trazado para el corriente año. Lo que por allá, en sus inicios, parecía toda una utopía, se transformó en una realidad palpable, al consagrarse campeón del TC de la Comarca, en Viedma, y logró así convertirse en el piloto más joven en obtener el título, y el primero de nuestra localidad.
Nada más, y nada menos.
Al momento de concertarse la entrevista, Maximiliano Seip, o simplemente “Maxi” para todo el mundo, presenta toda la apariencia de un joven común y corriente, con mucha más humildad de la prevista, no obstante, la innumerable cantidad de trofeos que exhibe en el living de su casa, da cuenta por sí misma de lo que luego él intenta explicar en el transcurso de la conversación: su pasión por los “fierros”.
En un mano a mano con una de las promesas del TC de la Comarca, pudimos ahondar en mayores precisiones respecto a su actividad, ser espectadores de su lógica alegría, fruto de un destacable e indudable esfuerzo, y posteriormente intentar reflejar lo que, entre sonrisas, mates y lágrimas, “Maxi” tenía para decir...
Generalmente todas las tardes cuando termino de trabajar, me voy al taller que es donde tengo el auto de carrera, porque siempre hay algo para hacer, y si no hay nada para hacer, es tomar mate y hablar del auto...
No, porque generalmente siempre estoy involucrado en los fierros, y por ahí los fines de semana que no tengo carrera, que yo no tengo competencia, busco que haya alguna competencia cerca y viajo a verla, porque me apasionan los fierros, soy un apasionado del automovilismo, así que los fines de semana por lo general estoy viajando a La Pampa, porque tengo muchos amigos y gente conocida que corre, así que bueno...
Me gusta mucho el fútbol, lo practiqué hasta los 12 o 13 años, y de hecho arranqué con el fútbol, hasta que un día de buenas a primeras vinieron y me dijeron que me habían comprado un karting para mi cumpleaños, de ahí en más incursioné en el automovilismo, y empecé a practicarlo. Mi sueño siempre fue ganar una carrera en un auto con techo.
Una pasión... El automovilismo para mí es un deporte muy lindo, y lo que por ahí yo rescato del automovilismo es el grupo de gente que conocés, y lo que uno vive...
Claro... todo lo que es la previa del automovilismo, porque es un grupo de mucha gente que va, y que por ahí antes de cada carrera se comparte un asado con un montón de compañeros y de pilotos, y a la hora de subirnos al auto adentro de la pista corremos todos por un objetivo, que es ganar, y que adentro de la pista nadie se respeta, pero nos bajamos del auto y estamos tomando mate, pero capaz que dentro de la pista nos matamos...
Sí. Hay pilotos con los cuales uno tiene códigos y sabe lo que puede hacer, las maniobras que puede hacer, porque sabe que te va a respetar y que tienen códigos, y hay otros que por ahí a los códigos no los conocen...
Sí, como el fin de semana uno de los corredores, que sabe que estabamos peleando el campeonato, hizo una maniobra arriesgada...
Para mí, porque él arriesga para poder frenar un poquito más adentro en una de las curvas, y me pega en una de las puertas de mi auto, lo que hace que yo vaya al trompo, pierda tres o cuatro posiciones, sabiendo que yo estaba peleando el campeonato y él no estaba peleando nada, ni cerca. Pero bueno, generalmente tenés uno o dos pilotos que esas cosas no las valoran, o no tienen códigos, y después se bajan del auto, te piden mil disculpas, pero te pueden arruinar todo un trabajo que se viene haciendo durante todo el año, en un segundo.
Cuando yo empecé con todo este tema del automovilismo, que siempre me gustó porque lo miraba por televisión, pero nunca tenía la oportunidad de correr un auto, porque era muy costoso. Pero como tenía amigos que corrían, me invitaban a las carreras, iba y les ayudaba en los autos, ayudando con la mecánica, y lo disfrutaba muchísimo. Siempre soñaba con que por ahí iba a subir. Después me dieron la oportunidad de ir de acompañante, fui con un piloto de Stroeder, después me invitaron a correr a La Pampa, y donde había oportunidad de ir a acompañar, yo estaba dispuesto, lo disfrutaba, pero lo más importante es que a la vez aprendía viendo que es lo que esos pilotos hacían arriba del auto, y eso hoy en día lo valoro mucho, porque yo este año lo pude aplicar en el manejo de mi auto, recuerdo maniobras que he visto hacer a otros pilotos y las pongo en práctica yo ahora en el circuito, aplicando conocimientos. Ayuda muchísimo.
Esto surgió a principios del año pasado, cuando mi papá estaba corriendo en el que hoy es mi auto, él era entonces el piloto, yo su acompañante, y él me dijo que a mitad de año, más o menos, o faltando dos o tres fechas, me lo iba a dar para que lo corra yo. Fue así como me lo dio, faltando dos fechas, en el campeonato del TC del Sur. Debuté en Pigué, con un sexto puesto, y después vine a Bahía Blanca, donde obtuve un tercer lugar en la segunda carrera.
Yo a este auto lo conocía mucho, porque ya había venido corriendo, de acompañante. El día que me senté arriba del auto, me tuve que adaptar a lo que el auto hacía, a la potencia que había que aplicar, porque no es solamente acelerar e ir para adelante. Había que tomar un montón de conocimientos y aprender a llevarlo, que obviamente era muy difícil ya que ir de acompañante no tiene nada que ver, porque estás sentado controlando los relojes, pero no tenés el control. Tuve que aprender a controlarlo, a ver lo que hace cuando dobla, a sentirlo.
Mi familia desde un principio siempre me apoyó, porque es una familia muy fierrera, y lo lleva en el alma. Por ahí mi mamá, mi hermana, y mis abuelas eran las que siempre se oponían, porque son las que más sufren, ellas son las que no querían que corra. Pero bueno, creo yo que hoy en día ya se han acostumbrado. Pero de parte de mi abuelo y de mi papá tuve siempre el total apoyo, ellos son los que me incentivaron y los que hacen el esfuerzo grande de preparar el auto y de ponerlo en pista para que yo lo pueda correr...
Sí, realmente es así. Yo sé que abajo del auto se sufre muchísimo, y más esta carrera, esta largada, que se sabe que uno anda a muy altas velocidades y se corre un riesgo más que importante. Creo yo que para una madre estar ahí en ese momento debe ser muy difícil, yo reconozco lo que ella por ahí me dice, pero bueno, es algo que se siente, que se lleva en el alma, y no lo puedo dejar de hacer así nomás.
No, realmente miedo arriba del auto no he sentido nunca, ni siquiera en las maniobras más arriesgadas. Te digo la verdad, siempre dije que el día que sienta miedo, o el día que yo no pueda dominar yo, que el auto me domine a mí, ese va a ser el día que voy a decidir dejarlo, dejar de correr. Así nomás, porque estoy seguro que si llega el día en que me levante y no sienta ganas de correr, lo dejo de hacer. Creo que sería como una señal que alguien te dá, y estoy convencido que hay que poner los pies sobre la tierra y hacer lo que se siente. Mientras tanto no, porque me subo con mucha confianza...
Sí, además de confianza me subo con mucha conciencia. Además me quedo sumamente tranquilo, porque sé que tengo un auto muy confiable, y sé de la gente que trabaja en mi auto, sé el auto que me entregan, lo que hace que me suba muy tranquilo, sé que es un auto seguro...
Sí, si... realmente este año me han entregado un auto muy competitivo durante las ocho fechas, he tenido un auto excelente en todos los sentidos, muy confiable y muy competitivo. Eso hizo que pueda disputar el campeonato hasta la última fecha, y pudiera obtener el título. Porque si no hubiese tenido un auto tan competitivo, yo sólo no hubiese podido hacer nada.
Porque mi papá es muy fanático de Ford, desde chiquito, lo lleva en el alma. Él siempre quiso armar un Ford, y bueno, lo armó, lo tuvo, y el día que me lo dio yo ya era, por contagio, hincha de Ford. Pero si el día de mañana vienen y me ofrecen para correr un Chevrolet o un Torino, yo soy consciente de que me gusta y que correría igual, haciendo las cosas de la misma manera que hoy las hice en el Ford.
La expectativa a principio de año era poder ganar una carrera, y estar entre los cinco primeros del campeonato, esa era la expectativa del equipo, y por supuesto la mía. Lo de poder ganar una carrera se dio en la primer fecha, así que ahí vimos que íbamos por buen camino, que las cosas se cumplían, nos quedaba la segunda, que era estar entre los mejores cinco. En la anteúltima fecha medio como que empecé a caer donde estaba parado, porque al ser mi primer campeonato era algo más que importante para mí, debutar con un auto totalmente nuevo, en una categoría donde yo me iniciaba, sabía que había que hacer las cosas bien ya que faltaba tan poquito. Luchamos hasta la última fecha, lo que hizo que ganemos el título, por eso estoy tan orgulloso. En un primer año lograr semejante título, significa que hicimos las cosas bien, y vamos por buen camino.
Lo más difícil de todo esto es lograr un auto competitivo, y mantenerlo. Que esté entre los tres o cuatro primeros en cada carrera es complicado, realmente. Pero bueno, gracias a mi papá, a mi equipo, y al resto de mis compañeros que trabajan en el auto, logramos estar entre los primeros en todas las finales, conservando un promedio de treinta puntos por fecha, lo que fue muy importante y nos permitió llegar a la última fecha con un puntaje casi ideal. De las doce finales en todas llegamos al podio.
El mayor obstáculo fue en la séptima fecha, que venía tercero en la final, y faltando cuatro vueltas se rompió el motor. Mi equipo hizo todo un trabajo de mucho esfuerzo, ya que en menos de media hora sacaron el motor de mi auto y pusieron uno que me había prestado otro colega. Eso se lo tengo que agradecer a mi equipo y a los mecánicos, que realmente hicieron un esfuerzo enorme.
La previa fue una semana de mucho nerviosismo, donde por ahí noté que andábamos todos nerviosos, mi papá, mi acompañante, yo. Estaba yo también en lo personal muy nervioso, hasta que llegó el día de la verdad, el domingo a la mañana, cuando me pude sentar en el auto y salir a pista, y ahí recién me tranquilicé un poco, porque ví que el auto reaccionaba muy bien, quedó demostrado que estaba todo en condiciones como para poder pelear la punta de la carrera. Los nervios más grandes los sentí cuando largamos en la primer carrera, porque corrí con un estado de pista muy complicado, había llovido muchísimo, había agua por todos lados, por lo tanto los autos eran bastante inestables. Más allá de eso yo sabía que las instancias en las que estaba tenia que hacer una carrera muy pensante, y llegar a la bandera a cuadros, para poder definir el campeonato en la segunda final.
Sí, realmente es un deporte que es muy caro. Todo hoy en día, por la situación económica del país, aumenta todos los días, pero gracias a mis auspiciantes, que me dan una mano enorme, a mis papás y a mis abuelos, puedo solventar los gastos, y presentar el auto en pista lo más competitivo posible, y si no fuera por ellos estoy seguro que no estaría corriendo.
Toda la ropa que uso, reglamentariamente tiene que estar homologada por la FIA. Los mamelucos por ejemplo, andan alrededor de los 3 mil pesos, el casco más barato parte desde los mil pesos, hasta 3 mil. Otra de las cosas que a partir del próximo año voy a tener que usar obligatoriamente, por seguridad, es el cuello Haans, que vale 1.950 pesos, las botas que el par más económico sale alrededor de 600 pesos, y por supuesto los valores ascienden según las marcas. Nosotros vamos a lo más accesible, desde los guantes a las medias, pero los costos son muy altos en todo sentido. Si hablamos del auto, por ejemplo, no hay nada barato. Las butacas, los cinturones, los matafuegos, todo tiene que ser reglamentario, con fecha de vencimiento, al igual que la ropa, y salen fortunas. Pero hay que hacerlo porque tiene que ver con la seguridad de uno.
Poner el auto en pista hoy en día está alrededor de los 6 mil pesos por carrera. Menos de eso no. Con menos de esos valores igual se puede poner en marcha el auto, pero te puedo asegurar que no vas a estar peleando un campeonato. Para poder pensar en un campeonato tenés que hablar de ese valor, porque hay que usar las mejores pastillas de freno, la mejor suspensión, cada dos carreras hay que cambiar los neumáticos, así que las cifras son esas sí o sí. Todo suma, desde el seguro de vida, hasta la inscripción a la carrera.
Mi auto hoy está alrededor de los 60 mil pesos, armado y listo para ponerlo en un circuito e ir a correr. Ese es el valor aproximado del auto, que no es fácil llegar a lograrlo, porque llegar a tener el auto como hoy lo tengo yo costó mucho. Se viene trabajando a lo largo de los años, no es de un día para el otro.
Sí, pero realmente yo he tenido un apoyo excelente de parte de los auspiciantes, siempre me han venido acompañando, y son muchos. Ha sido invalorable el apoyo de Hugo Schechtel, de la gente de Los Arrayanes, Barraca Rauch, Metalúrgica Elizondo, Comisiones Christiansen, Chiarellotto Hogar, El Pampeanito, Sebe Cable, contratista rural Plumas Verdes, Distribuidora Lanzavecchia, Repuestos Huber, Luis Méndez automotores, a un montón de gente que está detrás de esto, y que realmente ha confiado en el proyecto que nosotros teníamos a principio de año, apostaron a eso y hoy en día yo creo que deben estar muy orgullosos porque las cosas se dieron bien, hicimos lo mejor posible durante el año, tratando de equivocarnos lo menos que podíamos arriba y abajo del auto, llegando a cerrar el año con todos los logros, muy orgullosos del trabajo. Y de la única forma que yo les puedo retribuir todo el sacrificio que hacen ellos es dándoles un triunfo en cada carrera, o un triunfo como el que conseguimos. Este campeonato es para que lo disfruten ellos, porque son parte fundamental de todo esto.
Sí, si... realmente es así. Cada vez que me subo al auto yo sé que tengo una responsabilidad muy grande, porque detrás de mí tengo un montón de gente que hace mucho sacrificio y me dá una gran mano, que ha confiado. Igual yo les digo, personalmente, que se queden tranquilos, porque de mi parte voy a hacer lo mejor posible para representar a Pedro Luro, a su empresa, de la mejor manera, y que esté en lo más alto del podio. Lograr un campeonato no es tan fácil, por eso la alegría es enorme.
Lo primero que pude hacer fue gritar que se lo dedicaba a mi papá, porque es uno de los que más había trabajado, el que más se lo merecía, el que se ha quedado madrugadas enteras, después de cerrar su taller, trabajando en el auto, y eso es lo que la gente no se entera, porque la cara visible es el piloto, pero hay todo un grupo que hace un gran sacrificio. Mi papá ha hecho un esfuerzo grandísimo en todo esto, para poder ponerme el auto en pista lo mejor posible, y era muy importante que yo logre este título, porque sabía que mi papá se lo merecía y que se lo iba a dedicar a él. Por eso me emocioné tanto, porque hay mucho trabajo detrás. No me quiero olvidar de Julio, Daniel, José, Pablo y otra tanta gente que labura y no se ve. Por eso les agradezco tanto y se lo dedico a todos ellos.
Realmente cuando llegué a Pedro Luro, que venía bajando el puente del río Colorado, empecé a ver un montón de balizas, y hasta a los bomberos. Al principio me imaginé que había pasado algo, pero después ví que era mucha gente conocida, y se me llenaron los ojos de lágrimas, como a todos los del equipo, porque jamás se me ocurrió que en mi pueblo, mi localidad, me iban a recibir así, con los brazos abiertos, con tanta gente en la ruta. Fue muy grande la emoción y les agradezco muchísimo a todo Pedro Luro, porque era un domingo a una hora bastante complicada, y nunca me lo hubiese imaginado, y menos que me esperen con la autobomba, como lo hicieron. Así que dejame agradecerle a toda esa gente, especialmente a los bomberos, que se brindaron, vinieron con el móvil, y después tuvieron la amabilidad de pasearme por todo el pueblo arriba de la autobomba, cosa que sé que no es fácil, porque dejaron sus actividades para encabezar la caravana del festejo, y que se sientan parte de este campeonato, porque es para que lo disfrute todo el pueblo. Este campeonato es por y para mi gente, así que pueden estar seguros que voy a seguir trabajando para representar de la mejor manera posible a mi ciudad, para poder defender el número 1, porque sé que ir a defender un torneo a una capital de provincia, como es Viedma, no es fácil, pero el lunes cuando entraba a las páginas de Internet y en los diarios de Río Negro y de toda la zona se leía “Pedro Luro” en la tapa, o mi nombre, me dejó muy satisfecho saber que estamos bien representados.
Sí, ahí me dí cuenta de lo que había hecho. El lunes me emocioné muchísimo cuando me llamó un periodista de Viedma y me contaba la historia de esta categoría, me nombraba a los pilotos junto a los cuales yo había anotado mi nombre, como Julio Eggy de Villalonga, el ruso Nelson Colombi, que hoy en día está corriendo a nivel nacional, y fue uno de los campeones de esta categoría, a Ochoa, a Furfuro que es un piloto con mucha experiencia y una gran trayectoria encima, y el hecho de que entre el de esos pilotos, esté mi nombre, me llena de orgullo, es muy importante, porque recién estoy arrancando, y empezar así, de esta manera, te dá muchas fuerzas para seguir adelante.
Primero pienso ponerme en contacto con toda la gente que ha trabajado en este proyecto, porque quiero armar algo para festejar el título en mi localidad, antes de fin de año, y después de las vacaciones, en febrero ya empezaremos a trabajar, porque en marzo ya larga la primer fecha del TC de la Comarca. La idea es hacer todo el campeonato completo ahí, porque la categoría ha crecido muchísimo, ya me comprometí a quedarme todo el 2008 en la misma categoría, para defender el número 1. Pero a su vez vamos a ir trabajando para ver que es lo que se puede hacer en el 2009, si las cosas nos salen bien, ver que proyecto podemos armar como para pegar un saltito. La idea por ahora es esa, hay que tomárselo con calma, con tranquilidad, porque cuando uno logra las cosas no hay que creérsela. Es muy difícil llegar a un nivel, y mantenerse. Eso es lo que yo voy a tratar de conseguir.
Realmente fue muy importante también el apoyo de los medios de comunicación, le tengo que agradecer mucho a FM 10, que las últimas cuatro fechas nos ha estado acompañando en vivo desde allá, y a través de ellos llegamos a mucha gente que por ahí no puede llegarse hasta Viedma, se entera a través de ellos. Otros medios locales como el cable, otras fm y radios de Viedma que siempre nos están apoyando, nos brindan los micrófonos, así que les tengo que agradecer mucho a todos los medios, porque se han comportado muy bien con nosotros y con nuestra familia.
Para mi papá. Es así, porque es la persona que más se lo merece por todo el sacrificio que ha hecho. Y una dedicatoria en especial, que lo quiero hacer público, es para toda la familia Erviti de Villalonga, que era un preparador del automovilismo, que a mí me conocía desde chico, y a principio de este año, tuvo la mala suerte de perder la vida al despistarse el auto que estaba probando. Eso me pegó mucho porque faltaban días para la primer competencia, cuando yo iba a debutar, y el día que en Viedma gané mi primer carrera lo primero que hice fue dedicarle el triunfo a él y a su familia, y cuando me bajé del podio le regalé la copa a su hijo, y creo que hoy la debe tener guardada de recuerdo en su casa. Quiero que este campeonato también vaya para él, que toda su familia se sienta parte de este campeonato, y que el vasco Erviti lo disfrute desde el cielo.
Voy a seguir trabajando en esto que es el automovilismo, yo sé que es muy difícil por ahí llegar a escala nacional, por los medios económicos, y soy consciente que yo no puedo bancarme un auto a nivel nacional, porque no tengo los recursos, pero bueno, el sueño es ese, llegar a una categoría nacional. Mientras tanto voy a seguir haciendo lo mejor posible desde acá, desde las zonales, hacer experiencia, seguir luchándola, y si el destino quiere y tenemos el apoyo necesario, quizás se pueda dar el sueño de competir en el ámbito nacional, poder representar a Pedro Luro en lo más alto de una categoría de esa importancia. Creo que con tranquilidad, con mucho trabajo, y con paciencia se puede dar, a pesar de que, desde el lugar donde estamos parados, es muy difícil. Tengo mucha esperanza y mucha fe, porque sé que con trabajo y sacrificio las cosas se logran.